El periódico asegura que la entrega se hizo en 60 cheques que, excepto uno, tenían todos un valor nominal de 100.000 marcos (cerca de seis millones de pesetas) y habían sido adquiridos previamente por Siemens en un banco de Zurich (Suiza) con cargo a otra cuenta de la empresa en Frankfur (Alemania).

Como la legislación alemana prohibe el pago de comisiones en países europeos, la firma se vió obligada a entregar los talones en Uruguay.

Fue el propio Vera, siempre según esa versión, el que citó a Roldán en su despacho para entregarle en mano los talones. A su vez, el entonces director general de la Guardia Civil los depositaba en la cuenta que poseía en el banco suizo CDI-TDB. `El Mundo' aporta un documento banco ginebrino en el que se puede ver el `asiento contable' de varios de sos cheques entre el 16 de abril y el 24 de junio de 1991.

La existencia de estos cheques fue descubierta por el juez suizo que investiga la trama financiera de Roldán en el país helvético. Siguió el rastro de esos talones que aparecían en la cuenta del ex director de la Benemérita y llegó hasta Siemens.

Fue entonces cuando la empresa alemana le informó que los talones habían sido adquiridos por la propia firma y puestos en circulación en Uruguay para el pago de comisiones a España por la venta d productos electrónicos de seguridad, como scanner y otros productos.

En una información de apoyo, el periódico cuenta como en 1991, con ocasión de los Juegos Olímpicos y la Expo de Sevilla del año siguiente, el Ministerio del Interior dedicó 4.400 millones de su presupuesto a la adquisición de material de seguridad.

Siempre según esa información, los equipos Heimann Hi-Scan 6040-A, de Siemens, fueron comprados sin haber sido homologados por el Ciemat, organismo de la Dirección General de la Enería que supervisa los niveles de radiación ionizante que desprenden esos detectores de metales.