Porto, que efectuó estas manifestaciones tras la comparecencia de su defendido ante Garzón, que empezó a la una de la tarde y terminó poco antes de las nueve de la noche, explicó que Roldán contó porla mañana al magistrado cuestiones relativas al secuestro de Segundo Marey por los GAL y por la tarde decidió proseguir declarando voluntariamente sobre otras cuestiones relacionadas con el "funcionamiento" del Ministerio del Interior.

"El señor Roldán tiene en este momento gran temor sobre su integridad física y ha decidido poner en conocimiento del juez una serie de hechos relativos al funcionamiento del Ministerio del Interior", explicó el abogado.

Sin embargo, Rodríguez Porto no quiso concretr el contenido de las revelaciones de Roldán ni aclaró si el ex director de la Benemérita ha recibido amenazas de muerte que justifiquen la afirmación de que teme por su vida.

El abogado aseguró que las revelaciones de Roldán sobre Interior han sido planteadas ante Garzón como una denuncia formal que deberá ser tramitada por el magistrado, si bien indicó que no sabe que órgano judicial se hará cargo de la misma.

Por su parte, el juez Baltasar Garzón abandonó la Audiencia Nacional alrededor de lasnueve y veinte de la noche, tras prestarse a un breve encuentro informal con los periodistas que cubrían la comparecencia de Roldán ante él.

Garzón confirmó que Roldán le había facilitado información sobre cuestiones relativas al Ministerio del Interior, además de declarar sobre el secuestro de Segundo Marey, que es el asunto por el que le convocó el magistrado.

El juez afirmó que no será él quien tramite la denuncia sobre las presuntas irregularidades relatadas por Roldán sobre el funcionamientode Interior y que el fiscal de la Audiencia Nacional ya está informado de la citada denuncia.

Por otra parte, Roldán manifestó al juez que estuvo al corriente de que un vehículo de miembros del GAL cruzó clandestinamente desde Francia el puesto fronterizo de Dantxarinea (Navarra) el 4 de diciembre de 1984, llevando a bordo a Segundo Marey, que había sido secuestrado previamente, según informó la Cadena Ser.

Roldán, que en el momento de ocurrir este suceso era delegado del Gobierno en Navarra, fuesometido por Garzón a un careo con Eduardo Couto, que era jefe de Policía de Pamplona, y que fue la persona que le avisó de la irregularidad que se había producido.

Según la Ser, Roldán admitió que dio el visto bueno a la entrada de Marey, pero se justificó diciendo que el asunto lo llevaba la Brigada de Información de Bilbao.