En declaraciones a Servimedia, Carmon dijo que sería "un auténtico disparate" cambiar una normativa que afecta a 51.000 presos porque no gusta lo que le ocurre a una persona concreta.

"Lo que no se puede hacer es plantearse la reforma de una ley (la Ley Orgánica de Vigilancia Penitenciaria) cada vez que no nos guste su aplicación a un caso concreto", declaró Carmona.

Denunció el "simplismo" de las informaciones que se están difundiendo en torno a la concesión del tercer grado penitenciario a Roldán. "La pena de privación de libertadva pasando por diferentes grados, como la semi-libertad (tercer grado), pero eso no quiere decir que deje de cumplir la pena", concluyó Carmona.