"Entonces no se me creyó o no se me quiso creer, y hoy es un hecho. También prefiero recordar con un poco de sentido del humor los disparates que se decían en aquella época. Por entonces se me acusaba de que habíamos asesinado al señor Roldán y lo habíamos metido en el fondo del mar con unas losas de cemento", comentó.

Belloch afirmó que si hoy se repasaranlas hemerotecas habría sorpresa por "la cantidad de tonterías que se dijeron impunemente por parte de sesudos especialistas en la materia" aparte de "políticos con poco estilo y poca capacidad de racionalizar las cosas".

"El tiempo siempre termina por poner las cosas en su sitio y el que hoy se le juzgue por todos los delitos es la evidencia de que las cosas se hicieran bien, como era nuestra obligación y nuestro trabajo", concluyó.