Rodríguez Ibarra centró su mensaje en tres sentimientos: gratitud, responsabilidad y optimismo. Al hablar de la gratitud se refirió a los ciudadanos que confiaron en él para gobernar en Extremadura, tras los comicios del pasado mes de mayo.

"Los extremeños han vuelto a decidir en el año 95 quienes serían nuestros representantes en la asamblea y esa representación ha tenido a bien darme la confianza para ser el presidente de todos los extremeños, de los que confaron en mí y de aquellos que, legitimamente, prefirieron otra opción política. A todos quiero manifestar mi gratitud", señaló.

Tras este reconocimiento, el presidente extremeño señaló una nota diferencial respecto a anteriores legislaturas, "el deseo de los electores de terminar con las mayorías absolutas y compartir, por tanto, responsabilidades entre diversas fuerzas políticas".

Rodríguez Ibarra dijo que en los momentos que está viviendo Extremadura "el buen político tiene la obligación de comprir responsabilidades con otras fuerzas políticas que también han obtenido la confianza del pueblo extremeño".

Más explícito aún se mostró a la hora de concretar esas responsabilidad en los acuerdos presupuestarios entre socialistas y populares.

En este sentido se felicitó por el hecho de que dos fuerzas tan distantes como son el PSOE y el PP hayan sido capaces, pensando en el interés de Extremadura, de unir sus esfuerzos sin renunciar a sus principios y a sus ideologías, para que Extremadura coj el carro del progreso en 1996".