A su llegada a la base ‘General Morillo’, Margarita Robles fue recibida por el jefe de la Brilat VII, general de brigada Alfonso Pardo de Santayana. La ministra estuvo acompañada por el jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), general de Ejército Amador Enseñat.

Robles asistió en primer lugar a una presentación a cargo del general Pardo de Santayana, quien realizó una exposición sobre la Brilat VII, integrada en la División ‘Castillejos’ de la Fuerza Terrestre y dividida en tres grandes bases ubicadas en Pontevedra, Asturias y Valladolid.

INSTRUCCIÓN EXIGENTE

Esta unidad se caracteriza por estar en continua preparación y lista para operar en todo tipo de situaciones, ya sea en el ámbito de la prevención de conflictos, de disuasión, mantenimiento de la paz o situaciones de crisis. La Brilat VII está compuesta en la actualidad por 3.336 militares, siendo la base más numerosa la de Figueirido, en Pontevedra, con 1.891 militares.

Especialmente apta para su empleo en terrenos difíciles y climatología variada, es la unidad de referencia para la preparación en el ámbito de la Fuerza Terrestre en combate en zonas boscosas y tratamiento de heridos en combate. Su plan de plan de instrucción y adiestramiento es muy exigente, suponiendo una media de 100 días al año.

En este sentido, el jefe de la Brilat aludió al ejercicio ‘Strong Cohesion’ 2023 de la OTAN, hacia el que partieron ayer efectivos de esta unidad y que se desarrollará en el campo de maniobras de Lest, en Eslovaquia, entre el 6 y el 17 de noviembre. Los países que participan en mayor medida en este ejercicio son España, con 460 efectivos, República Checa y Eslovaquia, y en menor medida, Alemania y Eslovenia.

Desde su creación en 1969, la Brilat ha participado en operaciones tanto en escenarios internacionales (Afganistán, Líbano o Mali), como en territorio nacional (operación ‘Centinela Gallego’ u operaciones ‘Balmis’ y ‘Baluarte’).

PÉSAME A FAMILIARES

Durante la visita, la ministra de Defensa y el JEME mantuvieron un encuentro con los familiares del soldado Iván Mejuto Rodríguez, fallecido el pasado 19 de octubre en un accidente de tráfico tras volcar el vehículo militar que conducía cuando regresaba del Centro de Adiestramiento de San Gregorio, tras participar en el ejercicio de instrucción ‘Azor 23’.

En el vehículo le acompañaba el sargento Raúl Molina Descalzo, quien también falleció ayer jueves a causa de las heridas sufridas en el siniestro. Ambos estaban destinados en el Grupo de Artillería de Campaña VII.

“Iván y Raúl viven en todos y cada uno de sus compañeros, y eso les tiene que dar fuerza. A la vez les tiene que dar fuerza saber que la muerte no solo no es el final, sino que también es la fuerza de la vida para seguir trabajando, defendiendo a España, en lo que todos creemos”, expresó la ministra.