Así lo manifestó Margarita Robles durante su comparecencia en la Comisión Mixta de Seguridad Nacional, para informar, a petición del PP, de varias cuestiones como las injerencias de Rusia en España.

Robles aseveró que la actividad de “los servicios de inteligencia hostiles” es una amenaza no solo para España, sino también para sus socios y aliados, y destacó la lucha en el ámbito de del ciberespacio, tanto del Centro Nacional de Inteligencia como de las Fuerzas Armadas y el Estado Mayor de la Defensa.

Recientemente, advirtió, Rusia ha optado por crear redes de medios y canales digitales coordinados, como la red denominada ‘Portal Kombat’ o ‘Doppelganger’, que evidencian que “las redes sociales constituyen un cauce importante a través del cual se impulsan las operaciones desinformativas de Moscú”.

Por otro lado, la ministra recordó que la desinformación es uno de los principales pilares de la estrategia rusa, “que, a través de agencias estatales del Kremlin, como Russia Today y Sputnik, difunde narrativas polarizadoras, utilizando también el idioma español”.

Asimismo, señaló que, especialmente desde la invasión de Ucrania por parte de la Federación Rusa, Moscú “ha elevado considerablemente el interés por obtener inteligencia estatal de Occidente para conseguir una ventaja estratégica a nivel político, militar y diplomático”.

“En el presente momento, Rusia considera que Occidente es el principal oponente a su pretensión de cambiar el orden internacional”, recalcó la ministra.

ESTRATEGIA HÍBRIDA

Las autoridades rusas, explicó Robles, desarrollan “una estrategia híbrida para explotar las vulnerabilidades sociales, políticas y económicas de los países objetivo”, a través de una combinación de herramientas como la desinformación y el apoyo a movimientos extremistas, En dicha estrategia participan tanto organismos estatales como privados.

A este respecto, apuntó que Rusia dispone de un variado arsenal híbrido que utiliza en sus operaciones de manera coordinada y simultánea, entre los que destacó las actividades de influencia bajo cobertura cultural o de ‘soft power’, “apoyándose en agentes de influencia, conscientes o inconscientes”, que tratan de expandir la influencia rusa.

De igual forma, la titular de Defensa alertó de los intentos rusos de influir en procesos electorales occidentales con el fin de impulsar gobiernos más afines a sus postulados, y esgrimió el caso de Rumanía, donde el Tribunal Constitucional ha anulado los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Rumanía, al detectarse injerencias rusas en el proceso.