Dorado hace estas reflexiones en un artículo titulado "El declive de la democracia interna en los partidos políticos", que publica el último número de la revista 'Temas', en la que Alfonso Guerra preside el consejo de redacción.

En la misma línea propone la elección directa de las candidaturas en todos los ámbitos de representación; la responsabilización automática ante resultados electorales adversos por parte de la dirección respectiva, y régimen de incompatibilidades orgánica e institucionales.

En su opinión, "la limitación de mandatos promovería la movilidad, obligaría a los políticos durante su carrera a pasar por los distintos espacios (local, regional, nacional, europeo) -con el consiguiente enriquecimiento que ello conlleva para el propio sistema- , generaría expectativas de 'ingreso' entre los militantes -especialmente entre los jóvenes- y evitaría que se incurriese en actitudes posesivas respecto al cargo al que se accede".

"También eliminaría la tentación haca el liderazgo indefinido, lo que impediría los hiperliderazgos, con lo que se potenciaría la responsabilización y la participación interna", añade.

Afirma que "el número máximo idóneo de mandatos parece estar entre los dos para puestos ejecutivos y cuatro para los puestos representativos, pero éstos se deberían concretar y afinar según la importancia del nivel representativo o de gestión".