La necesidad de salvaguardar el legítimo derecho de los buques a navegar libremente en la desembocadura del río motivó ayer la intervención de la Guardia Civil, que tras su actuación dejó abierta esta vía marítima, señala la citada nota del Gobierno Civil.

Esta actuación fue condenada por IU, que la considera "brutal contra los marineros sanluqueños, ya que emplearon métodos desproporconados a la protesta pacífica que llevan a cabo en defensa de sus intereses".

En este conflicto resultaron heridos 10 marineros y un guardia civil, mientras otros seis agentes fueron rociados con gasolina y un cabo arrojado al mar.

Por su parte, la nota del Gobierno Civil insiste en que la actitud de los pescadores fue hostil, tal y como demuestran los hechos, ya que un grupo de ellos cortó los cables de sujeción de las boyas de señalización y las dejó a la deriva.

Esta situación provocó un ierto peligro para la navegación, puesto que la función de las boyas es la de permitir navegar con márgenes deseguridad suficientes.

El Gobierno Civil recuerda que la causa del conflicto estriba en la aplicación, por parte de la Administración, de las normas de inspección de mallas y redes que son utilizadas por los pescadores, así como el control de las talla de las capturas.