Minutos antes de que el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, compareciese en rueda de prensa ante los numerosos informadores congregados en torno al Paseo de la Castellana, tras reunirse con sus colaboradores en el autobús que hace las veces de centro de coordinación de emergencías, Ayuso se acercó para explicar que en los pisos inferiores quedan pequeños focos que, no obstante, desatan grandes humaredas, como las que pueden verse en todo Madrid.

No se puede dar por extinguido un incendio, advirtió a las 12,15 horas, y mucho menos que esté conjurado el peligro de derrumbe, ya que, por ejemplo, toda la estructura metálica que rodea el esqueleto de hormigón de los once pisos superiores reposa sobre el piso 17, y es un sobrepeso enorme para una estructura tan dañada.

Según los técnicos, el esqueleto central de hormigón está "bastante afectado" por las enormes temperaturas que se han alcanzado en las 13 horas transcurridas desde que se desató el incendio, y existe mucho riesgo de que, cuando el calentamiento llegue a la parte inferior de la estructura de hormigón, se pueda producir el derrumbe.

Sigue siendo pronto para saber las causas, sostuvo Ayuso, quien explicó que el fuego se desató en el piso 22 y de ahí se extendió progresivamente hacia arriba en las cinco primeras horas del incendio, y a las plantas inferiores posteriormente.