Ridao criticó duramente al presidente del Gobierno, al que reprochó que fuera pregonando una "nueva cultura energética para el Estado" y al final haya tomado una decisión que "no puede justificarse ni energéticamente, ni económicamente, ni por criterios de seguridad".

El protavoz independentista dijo que Garoña aporta sólo un 1,35 por ciento del total de la producción eléctrica del Estado y puso en duda la rentabilidad económica de la central.

De tenerse en cuenta todos los costes que genera la gestión de residuos, los riesgos o las hipotéticas indemnizaciones, "no es plenamente competitiva", manifestó.

Asimismo, considera que los criterios de seguridad tampoco dan argumentos al Ejecutivo para seguir manteniendo la central en funcionamiento, "ya que cabe recordar que es la central más antigua del Estado y se daba por agotada".