Deporte
La RFEF defiende que celebrar la Supercopa en Arabia hasta 2029 podría aportar hasta 200 millones al fútbol modesto
- "Aquí no se viene a cambiar el país, sino a poner tu granito de arena”, explicaron fuentes de la RFEF a Servimedia
- El Gobierno se pone de lado al señalar que es un “evento deportivo separado del ámbito político”
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La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) resaltó que la celebración de la Supercopa de España en Arabia Saudí permite que se destine el 50% de los 40 millones anuales que paga el país asiático por el torneo a financiar el fútbol de categorías no profesionales, lo que arrojaría un montante total de 200 millones de prorrogarse el contrato hasta 2029.
Riad acogerá este domingo la final de la Supercopa de España que disputarán el Real Madrid y el Athletic de Bilbao. Al cambio de formato introducido en 2020 por la nueva RFEF presidida por Luis Rubiales, se le unió una polémica decisión: el torneo se celebraría durante tres años en Arabia Saudí a razón de 40 millones anuales y a cambio de que este país impulsase una liga femenina de fútbol, algo que no se produjo hasta noviembre de 2021, dos años después del acuerdo.
No obstante, la pandemia obligó a que la que debía ser la segunda edición organizada por el país asiático tuviese lugar en Andalucía sin público en enero de 2021. A pesar de ello, la RFEF negoció con Arabia Saudí, que mantuvo el pago anual. A cambio, el torneo se celebrará allí al menos hasta 2025, con opción de renovación hasta 2029, lo que podría arrojar unos ingresos de hasta 400 millones de euros, según declararon fuentes de la RFEF a Servimedia.
La Federación presume de la gestión de Rubiales: “Al llegar en mayo de 2018, la RFEF tenía un presupuesto de 146 millones de euros y destinaba 20 millones al fútbol no profesional, mientras que ahora cuenta con 406 millones de euros de ingresos y destinará 110 millones en ayudas”. Del dinero obtenido por la Supercopa, la mitad se destina como premio a los cuatro clubes participantes y los otros 20 millones se destinan al fútbol de categorías inferiores.
Tras anunciar el acuerdo en 2019, no se hicieron esperar las críticas por llevar la competición a un país donde diferentes organizaciones internacionales han denunciado la vulneración sistemática de los derechos humanos, en el que las mujeres obtuvieron permiso para conducir en 2018 y en donde la homosexualidad está perseguida. “Aquí no se viene a cambiar el país, sino a poner tu granito de arena”, explicaron desde la Federación en referencia al impulso de la liga femenina.
Amnistía Internacional envió a los cuatro clubes unos brazaletes de color violeta con la propuesta, sin éxito, de que los usasen en sus partidos y en cualquier comparecencia pública. “El hecho de que la RFEF haya decidido colaborar en este 'lavado de imagen' de las autoridades saudíes y que esté dispuesta a que la Supercopa se España se juegue en este país hasta 2029 supone un desprestigio para este torneo y para todo el fútbol español”, incidió el director de Amnistía Internacional España, Esteban Beltrán.
En 2019, el Gobierno se desmarcó de la decisión, a través de su exportavoz, Isabel Celáa, al indicar que es la RFEF “la que tiene capacidad y autonomía para decidir esta cuestión”. Este año, desde el Ministerio de Exteriores, Unión Europea y Cooperación rechazaron pronunciarse sobre las implicaciones de la celebración del torneo en Arabia Saudí al entender “que se producen a raíz de un evento deportivo, como así lo queremos considerar, separándolo del ámbito político”.
EXPLOTACIÓN COMERCIAL
La RFEF justifica su decisión en “conseguir ingresos para dotar de dinero el fútbol no profesional”. La Supercopa de España ha pasado a ser “uno de los bastiones más importantes del fútbol español” y con el nuevo formato, consistente en dos semifinales y una final, se ha logrado un torneo que presenta “grandes partidos en poco tiempo”, por lo que prima “la emoción y espectáculo”, lo que “atrae patrocinadores”.
El director del Máster de Riesgos Financieros de Icade-IBS, Luis Garvía, explicó que este fenómeno va en línea con la transformación del fútbol, que ha entrado en una nueva etapa: “De una fase en la que los equipos eran de sus socios, se pasó a una de explotación comercial, con la entrada de las televisiones y la publicidad, que ha tenido como resultado grandes marcas globales con un impacto mediático equivalente a la NBA y la Super Bowl, pero también efectos perversos no sostenibles”.
Ahora, según Garvía, se entra en una fase de “redefinir el negocio del fútbol” y, en este sentido, la RFEF lo ha hecho “de manera ejemplar”, pues “ha transformado el negocio y lo ha llevado al siguiente nivel”. La Federación apuntó en este sentido que Real Madrid y FC Barcelona, que reciben más dinero en premios que los otros dos rivales sin importar sus méritos deportivos, “están acostumbrados a hacer esto” en referencia a la explotación comercial del deporte.
EL OBJETIVO DE ARABIA SAUDÍ
La celebración de eventos deportivos en los países del Golfo no es una novedad. La Fórmula 1 cuenta con Grandes Premios en Arabia Saudí, Abu Dabi y Qatar; la Supercopa de Italia de fútbol se celebró en Arabia Saudí en 2018 y 2019 y el Mundial de fútbol se celebrará por primera vez fuera de los meses de verano para disputarse en Qatar en 2022.
Garvía explicó este fenómeno señalando que el deporte “les da igual”, pues lo que están comprando estos Estados es “audiencia y reconocimiento”. Gracias a estos eventos “están adoptando hábitos occidentales y occidentalizando su imagen”.
El experto subrayó que estos países “han basado su estrategia financiera en tres elementos: petróleo, construcción inmobiliaria y turismo”. Como el petróleo “se les está acabando”, quieren “apostar por los otros dos y atraer a gente”. Con los 40 millones que pagan a la RFEF por la Supercopa “están usando el fútbol español como imagen de marca internacional en su estrategia interna de desarrollo económico”.
La RFEF apuntó que la celebración de este torneo es, para Arabia Saudí, una “inversión cultural-deportiva”, pues las entradas se venden desde nueve euros “para que la gente pueda disfrutar”. Preguntado por el retorno económico, Garvía apuntó que el fin último de este país es “crear un fenómeno global, aunque puede que en entradas y patrocinadores no lo recuperen”.
(SERVIMEDIA)
16 Ene 2022
JMS/ips/clc