Así se expresó Reynés en una rueda de prensa para presentar los resultados de la compañía en 2023, año en que ganó 1.986 millones de euros, un 20,4% más. También fue escueto al ser preguntado por el Proyecto Géminis, el que consiste en dividir la compañía para separar los negocios regulados y liberalizados y que sigue en el cajón. “Sigo diciendo lo mismo, que tiene todo el sentido estratégico pero que todavía no se dan las condiciones para que se pueda ejecutar”, respondió.

Sobre los resultados, destacó que fueron “sólidos” teniendo en cuenta que 2023 fue un año con precios a la baja y mucha volatilidad. Además fue preguntado por la futura entrada de Blackrock en Naturgy al adquirir el fondo GIP. Tras aclarar que “no me toca a mí valorarlo porque se trata de una operación entre accionistas”, señaló que aunque se produzca el cambio en el control de la participación los representantes actuales de GIP en el consejo seguirán siendo los que decidirán sobre esta materia en Blackrock.

Otro tema tratado por Reynés fue el calendario de apagón nuclear. A este respecto, rechazó que se pueda tener que prorrogar ya que sostuvo que “el parque de ciclos combinados está en perfecto estado de revista para atender las necesidades sin poner en riesgo el suministro”. También rechazó que sea necesario incrementar la Tasa de Enresa.

En cuanto al escenario regulatorio en España, abogó por incrementar la tasa de retribución de las redes de transporte de electricidad para que puedan asimilar el incremento de la generación. En esta línea, pidió también eliminar el límite de inversión vinculado al 0,13% del PIB.

En todo caso, rechazó que el marco regulatorio pueda afectar a los proyectos en España a corto plazo, aunque advirtió de que “nos gustaría, como a todas las empresas tener visibilidad al más largo plazo posible, porque eso da garantía para que se decidan las inversiones en un entorno menos variable”.