Ante un auditorio del Palacio de Congresos repleto de líderes iberomericanos (el venezolano Hugo Chávez y su hija han llegado iniciada ya la ceremonia), Don Juan Carlos ha expresado su satisfacción por lo mucho que ha progresado ese continente en los últimos años y ha expresado la solidaridad de toda España con los habitantes de Guatemala y El Salvador, afectados por el huracán 'Stan'.

Precisamente, la creación de un órgano de seguimiento para coordinar la ayuda en caso de grandes catástrofes es uno de los temas estrella que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero está muy interesado en sacar adelante hoy y mañana con los 22 mandatarios reunidos en la ciudad salmantina.

De ello hablaron esta mañana Don Juan Carlos, el propio José Luis Rodríguez Zapatero y el presidente mejicano, Vicente Fox, en el desayuno de trabajo que protagonizaron. "Nuestras cumbres", ha afirmado horas más tarde el monarca, en la ceremonia de apertura, "se han convertido en la máxima expresión político-diplomática y multilateral de los lazos que nos ligan. Hoy, catorce años después todos somos más conscientes del inmenso potencial que alberga la más estrecha concertación y cooperación entre las naciones hermanas que conformamos Iberoamérica".

El Rey de España ha subrayado la importancia de que la cita de Salamanca sirva para aumentar la "proyección" internacional de la propia cumbre, algo que en parte está conseguido con la sola presencia en la misma del secretario general de la ONU, Kofi Annan.

Annan ha felicitado en su discurso a los Gobiernos español y portugués por su objetivo de dedicar el 0,7% del PIB a ayuda al desarrollo, y ha advertido que si 2005 está siendo el año de la ayuda internacional, 2006 lo debe ser del comercio justo.

Por eso, ha instado desde Salamanca a los países ricos a que sobrepasen la línea roja del proteccionismo de sus agriculturas. Otro de los protagonistas de la ceremonia de apertura, que se ha cerrado con un espectáculo de flamenco-fusión con voces en off de José Saramago, Joan Manuel Serrat y María Dolores Pradera, ha sido José Luis Rodríguez Zapatero, con un discurso en el que ha exhortado a los presidentes de las repúblicas Iberoamericanas, presidente y primer ministro de Portugal, y al jefe de gobierno de Andorra (país que hoy ingresa oficialmente en las cumbres), Albert Pintat, a que sean ambiciosos en la búsqueda de logros políticos para esta XV edición.

"UN SINFIN DE MODOS DE HABITAR EL MUNDO"

"Todo lo excelso es difícil de alcanzar, pero las posibilidades de éxito dependen de la magnitud de nuestros sueños", ha dicho el presidente español, para quien nos encontramos a las puertas de un "reforzamiento institucional" del sistema de cumbres iberoamericanas.

Zapatero ha apelado a la solidaridad entre los pueblos, ha dicho que esta sólo es posible "cuando se abandona el egoismo", y ha adelantado su idea de crear un espacio social iberoamericano que supere las relaciones intergubernamentales como la cita de Salamanca y las otras 14 anteriores. Lo ha enmarcado en un discurso en el que ha primado la comprensión al otro y su cultura, como lo demuestra, ha ejemplificado, la comunidad iberoamericana de naciones que hablan dos idiomas, español y portugués, y representan "un sinfín de modos de habitar el mundo".

El diálogo debe permitir, a su juicio, encontrar soluciones dignas al fenómeno de la inmigración a Europa desde el nuevo continente, aspecto éste sobre el que la cumbre de jefes de Estado y de gobierno prevé pronunciarse en una de la quincena de anexos a la declaración final.

Por su parte, las intervenciones del secretario general de las cumbres, el uruguayo Enrique Iglesias, y del presidente Costarricense, Abel Pacheco, en calidad de anfitrión de la XIV edición, fueron un homenaje al pueblo español y a la figura de Don Juan Carlos, en el 30 aniversario de su llegada trono, porque ha hecho posible que España haya cambiado "para mejor" en lo económico y lo social.