Para IU este uevo obstáculo para el ingreso en la universidad es "muy negativo" porque revela la intención del Ejecutivo de diferenciar entre ricos y pobres.

Según Alcaraz, el Gobierno tiene una "posición de clase" en este asunto y no pretende mejorar la enseñanza, para lo que tendría que dotar de mayor financiación al sistema educativo y controlar los progresos de los alumnos a lo largo de toda su vida académica.

En conclusión, Alcaraz cree que la reválida es "un criba" que irá seguida de otra de carácter ecnómico para que "los hijos de los pobres no tengan las mismas oportunidades que esa mayoría de elegidos que parece querer conseguir Aznar".