El prelado paisino declaró que Roma ha recibido un dictamen remitido por la Congregación para la Unidad de los Cristianos, en el que se afirma que "los problemas de libertad de conciencia que se manifestaron durante su reinado (de Isabel la Católica) pueden considerarse como contrarios a la doctrina de la Iglesia".

Lustiguer, consejero del Santo Padre, se refirió al papel de la mujer en la Iglesia para decir que no se trata de un problema de poder, sino antropológico, y que en la sociedad actual lo más importante s dilucidar qué es el hombre y qué es la mujer.

En su opinión, la relación hombre-mujer debe abordarse en un plano de igualdad en la dignidad, pero en el marco de una diferencia, porque una guerra entre los sexos equivale a reducir su ámbito al terreno del amo y el esclavo.

El cardenal, de origen judío, que se convirtió al catolicismo a los 14 años y es un feroz crítico del holocausto, manifestó que una de las cuestiones fundamentales de las sociedades actuales y de la Humanidad es la pervivenciade la memoria.

"La cultura tradicional ha desaparecido y la civilización contemporánea no transmite valores, porque la invasión de la tecnología ha roto los mecanismos de transmisión del conocimiento", aseguró.

También señaló que la civilización moderna ha roto con la memoria precisamente cuando todo el progreso de la Humanidad se ha basado en la capacidad de transmitir utilizando ese mismo canal, "de modo que las sociedades que han perdido el recuerdo, han muerto, y aquí la vocación cristiana tine una esperanza que dar".

Finalmente se refirió a sus excelentes relaciones con las autoridades francesas, y concluyó que "en la Iglesia somos libres pero somos pobres; somos pobres pero somos libres".