Los equipos sanitarios de emergencia, con el apoyo de la OMS, desplegaron una “respuesta rápida” poco después de que se declarara el brote el pasado 23 de abril, realizando pruebas, rastreo de contactos, prevención y control de infecciones y tratamientos, además de involucrar a la comunidad.

“La vacunación, una medida de protección crucial, se implementó sólo cuatro días después de que se declarara el brote”, según un comunicado. En total, hubo cuatro casos confirmados y un caso probable, y todos ellos murieron. En el brote anterior en la provincia de Equateur que duró de junio a noviembre de 2020 hubo 130 casos confirmados y 55 muertes.

"Gracias a la enérgica respuesta de las autoridades nacionales, este brote ha llegado rápidamente a su fin con una transmisión limitada del virus", señaló el doctor Matshidiso Moeti, director regional de la OMS para África. "Se han aprendido lecciones cruciales de brotes pasados, que se han aplicado para diseñar y desplegar una respuesta al ébola cada vez más efectiva", destacó.

A consecuencia de este brote, un total de 2.104 personas fueron vacunadas, incluidos 302 contactos y 1.307 trabajadores de primera línea. Gracias a un congelador de cadena de ultra frío instalado en Mbandaka, se pudieron almacenar y entregar de forma segura las dosis de la vacuna.

La República Democrática del Congo ha registrado 14 brotes de ébola desde 1976, seis de los cuales han tenido lugar desde 2018. "África está viendo un aumento en el ébola y otras enfermedades infecciosas que saltan de los animales a los humanos y que afectan a las grandes áreas urbanas", explicó el doctor Moeti.

La OMS prestó apoyo a la República Democrática del Congo en la aplicación de una “estrategia nacional” temprana para orientar la coordinación de la respuesta, descentralizar las operaciones para trabajar en colaboración con las comunidades y analizar periódicamente el riesgo epidemiológico.

Aunque se ha declarado el fin del brote en Mbandaka, las autoridades sanitarias mantienen la vigilancia. No es inusual que ocurran casos esporádicos después de un brote. La enfermedad, que afecta a los humanos y otros primates, es grave y a menudo mortal: las tasas de mortalidad han variado del 25% al 90% en brotes anteriores.