Según informó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), los beneficios del año pasado y de este semestre compensan parcialmente los resultados de 2019 y 2020, que sumaron pérdidas por valor de más de 7.100 millones, derivadas de los ajustes de activos para ser cero emisiones netas y de la pandemia sanitaria global.

El resultado neto ajustado se situó en 3.177 millones de euros, con una relevante aportación del negocio internacional, aproximadamente un 56%, cuyo principal exponente es el área de Exploración y Producción, que desarrolla toda su actividad fuera de España.

Repsol indica que el semestre estuvo marcado por un volátil contexto internacional, condicionado por las tensiones provocadas por la guerra de Ucrania, que han llevado a un aumento de los precios de las materias primas en los mercados mundiales.

En este contexto, el valor contable de los inventarios que Repsol almacena como reserva estratégica para España y que contribuyen a garantizar el suministro representó casi la mitad del resultado neto, influido por la importante subida de las cotizaciones internacionales de los hidrocarburos.

Por otro lado, el volátil contexto internacional y una mayor presión regulatoria sobre los combustibles fósiles en la Unión Europea ha llevado a la compañía a registrar provisiones por valor de 1.844 millones por el deterioro del valor contable de sus activos de refino.