La ONG denuncia en una nota de prensa que aunque la mayoría de periodistas extranjeros ha podido cubrir las pruebas deportivas en buenas condiciones, la policía, respaldada por civiles, ha impedido muchas veces a los reporteros cubrir manifestaciones, o investigar sobre temas sensibles, según el criterio del gobierno chino.

"Como nos temíamos, los Juegos Olímpicos de Pekín han sido período propicio para las detenciones, condenas, censura, vigilancia y acoso de más de cien periodistas, bloggers y disidentes", afirma Reporteros sin Fronteras.

A su juicio, "esta represión quedará como uno de los hechos que han marcado a Pekín 2008. Y, en ese fracaso, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, tiene una gran responsabilidad".

Por ello, la ONG pide que los miembros del COI saquen todas las consecuencias para cuando llegue el momento de elegir a su próximo presidente, ya que el mandato de Jacques Rogge finaliza dentro de un año.

También pide que, de ahora en adelante, la libertad de expresión sea uno de los criterios, a la hora de conceder los Juegos Olímpicos a una ciudad candidata.