Las torres afectadas forman parte de la línea que conduce la electricidad producida en la central de Vandellós hasta la de distribución de Rubí (Barcelona), donde confluye la energía producida en otras centrales, aunque el suminisro eléctrico no quedó interrumpido en ningún momento.

Las primeras estimaciones de los técnicos apuntan que los trabajos de reparación no concluirán antes de dos meses. Los especialistas todavía están retirando los cables, que quedaron extendidos a lo largo de 6 kilómetros.

La caída se produjo cerca de una de las papeleras de la zona y afectó también a la carretera N-240, que todavía permanece cortada a la altura de Picamoixons.

Red Eléctrica todavía desconoce cómo se produjo la caída, aunqu las hipótesis apuntan a que el viento, que en algunos momentos alcanzó los 95 kilómetros por hora, derribó alguna de las torres y el resto cayeron por 'efecto dominó'.

El accidente ha provocado las protestas de las asociaciones de vecinos de la zona, ya que la línea funciona en régimen de prueba y el fuerte viento es frecuente por los alrededores.