La imposibilidad legal de puntuar más las ofertas que incluyan compromisos de este tipo, debido a la legislación comunitaria quelo impide, hace que una de las fórmulas barajadas sea la de invitar a los fabricantes a introducir compromisos de instalación de fábricas en España.

La empresa también contempla en términos parecidos la posibilidad de que su unidad de negocio de Talleres participe en la fabricación y mantenimiento posterior de los trenes, con el fin de mejorar la carga de trabajo y la capacidad tecnológica de este área de negocio de la compañía.

Todos estos aspectos están siendo objeto de reflexión entre Renfe y us potenciales proveedores en los contactos que mantienen en las últimas semanas, con el fin de transmitir a los fabricantes los deseos de la empresa y ver qué inconvenientes ponen a sus planes.

Las fuentes consultadas explican que esos contactos tienen como finalidad asegurarse de que el pliego de conidiciones final será fácilmente interpretable por los potenciales concursantes en el momento en que se haga público, lo que se prevé que ocurra a finales de marzo.

Estos contactos también están sirvendo para conocer las posibilidades de que Renfe y los fabricantes de trenes ensayen con este contrato fórmulas de explotación conjunta del servicio ferroviario, a cambio del suministro del material rodante.

La fórmula más analizada es la de constituir Asociaciones de Interés Económico (AIE) mixtas entre la compañía pública y los inversores privados que ganen el concurso, pero las dudas de las empresas sobre la tasa de retorno de sus inversiones pueden dejar el pliego de condiciones del concurso en un invitación a plantear ofertas imaginativas que reduzcan la carga económica de Renfe por la compra de trenes.

Otros requisitos que se plantearán en el pliego es el deseo de que las ofertas técnicas aseguren un recorrido entre Madrid y Barcelona en dos horas y media, así como la posible interconexión de los trenes con otros trazados de ancho diferente, lo que exige la introduccción en los futuros AVE de sistemas pendulares como el que hoy tiene en solitario la española Talgo, aunque el resto de fabricates trabajan desde hace meses en soluciones similares.