La memoria, a la que tuvo acceso Servimedia, señala que el incremento tarifario permitirá unos ingresos de 34.911 millones de pesetas, frente a unos gastos de 56.050 millones. El déficit crecerá un 8,4 por cien.

La subida de cercanías afecta a los usuarios de este servicio en los doce núcleos urbanos que disponen de él: Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Sevilla, Cádiz, Bilbao, San Sebastián, Santander, Asturias, Tarragona y Murcia-Alicante.

Según Renfe, los sondeos realizados trimestralmente en Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao muestran un sustancial aumento de los indices de calidad, en cuanto a comodidad, duración del viaje, seguridad, precio, puntualidad y limpieza.

En un baremo de cero a diez la puntuación otorgada por los usuarios pasó, entre 1990 y 1992, de 5,92 a 6,85 en Madrid; de 5,78 a 6,13 en Barcelona; de 7,08 a 7,18 en Valencia; y de 5,48 a 7,44 en Bilbao.

La memoria señala que uno de los objetivos del nuevo sistema tarifario propuesto es reducir el ahorro que supone para el usuario el uso de abonos y otras fórmulas de viaje distintas al billete sencillo, que ahora oscila entre el 59 y el 70 por cien en el caso del abono mensual.

Para ello, se proponen unos incrementos del bllete de ida y vuelta y bonotrén semejantes o algo superiores a los de los billetes sencillos. El objetivo "a medio plazo" es que el ahorro sea del 25 por cien en el billete de ida y vuelta, del 30 por cien en el bonotrén y del 55 por cien en el abono mensual.

Además, en el caso de Madrid, Renfe quiere aplicar un suplemento de 15 pesetas a los billetes sencillos para trayectos en las zonas centrales (de Atocha a Chamartín, por ejemplo), a fin de igualar su precio con el del Metro y el autobús, que ahoa resultan más caros.

FRAUDE

La principal novedad del servicio de cercanías es la introducción del denominado "Abono 2000", que consiste en un abono mensual de "viajes ilimitados" que "ofrece ventajas respecto a su control y por tanto del fraude".

Por lo que se refiere a los trenes regionales, la subida propuesta por Renfe es del 7,66 por cien, lo que situará el déficit de este servicio en 7.962 millones de pesetas, frente a los 10.529 millones de 1992.

En este servicio, Renfe suprimió lostrenes de menor ocupación, lo que, según sus estimaciones, ha significado un 14,4 por ciento menos de trenes-kilómetro entre 1991 y 1993, pese a lo cual el precio cobrado sólo cubre la mitad de los costes.

La compañía ferroviaria también ha solicitado autorización para aplicar una tarifa especial a los viajeros que se cuelen, consistente en obligarles a pagar como si fuesen a efectuar un viaje a una distancia doble de la que realmente van a realizar.