De ellos, algo más de 155 millones de pesetas correspondieron a indemnizaciones a viajeros y los 237 millones restantes al transporte de mercancías, frente a los 372 y 320 millones de pesetas abonados en cada caso en 1991.

Esta caída se debió al fuerte descenso que registró el número de reclamaciones respecto al año anterior. Así, en 1992 Renfe recibió 83.371 reclamaciones de los usuarios, 32.761 menos que el año anterior, lo que suuso una disminución del 28,2 por ciento.

Angel Sánchez explicó que el descenso de las reclamaciones de los usuarios se debió fundamentalmente a que en 1992 hubo menos huelgas y menos amenazas de bomba que el año anterior, así como a una mayor calidad del servicio y puntualidad de los trenes. En 1991 las reclamaciones de los viajeros aumentaron un 66 por ciento.

El responsable de Renfe explicó que la compañía ferroviaria ha continuado durante 1992 con campañas para concienciar a los clientes para ue reclamen las deficiencias o irregularidades que detecten en el servicio.

La mayoría de las reclamaciones realizadas por los usuarios en 1992 fueron provocadas por retrasos de los trenes. Los viajeros tienen derecho a que la compañía les devuelva parte del coste del billete cuando el retraso supera la hora.

En 1992, la indemnización media por viajero se situó en 1.900 pesetas, frente a las 3.200 pesetas del año anterior, mientras en el transporte de mercancías la indemnización media fue de 15.50 pesetas, 3.700 menos que en 1991.

En el área de mercancías, Renfe recibió un total de 11.417 reclamaciones el año pasado, 5.253 menos que en 1991, lo que significó un descenso del 31,5 por ciento.