Las fuentes consultadas explicaron que la huelga es "inevitable", ya que los sindicatos convocantes "saben perfectamente" las limitaciones de Renfe, que "es una empresa pública en pérdidas cuyos criterios salariales los fija el Ministerio de Economía", limitando las subidas de los sueldos al IPC previsto.

En este sentido, la propuesta de UGT y CCOO que sitúa el incremento salarial para el benio 2002-2003 en un 10,8%, "está muy por encima de lo que la empresa puede ofrecer y del incremento salarial medio de la población española", por lo que la "única opción" que tiene Renfe "es realizar mejoras salariales ligadas a la productividad".

"Un aumento salarial de estas características supondría a las arcas del Estado un desembolso de más de 100 millones de euros, puesto que habría que abonar las cantidades correspondientes a 2002 y 2003", indicó.

Además, las mismas fuentes afirmaron que a empresa "siempre ha mantenido una postura flexible en la negociación del convenio colectivo" con sus trabajadores, y acusaron a UGT y CCOO de "estar más preocupados por las elecciones sindicales que por la negociación" de las condiciones laborales de sus afiliados.

Para la Red Estatal de Ferrocarriles, los sindicatos convocan esta huelga con un triple objetivo: "realizar un movimiento de cara a la galería interna tras el periodo electoral, adoptar una postura de fuerza frente a la empresa en días 'pnta' de gran movimiento de viajeros y aprovechar la cercanía de las elecciones autonómicas y municipales".

De esta forma, Renfe planteará a los propios sindicatos y al Ministerio de Fomento unos "servicios esenciales" que aseguren la necesidad de movilidad de los ciudadanos, "más aún si tenemos en cuenta que las vacaciones de los ciudadanos se encuentran problablemente programadas, reservadas e incluso pagadas con antelación"