La creación de esta empresa filial responde al interés empresarial de Renfe por "dar una respuesta comercial y productiva adecuada, cumpliendo a plena satisfacción los compromisos y expectativas de los clientes".

Con esta estrategia, Renfe pretende dotar a este negocio de autonomía suficiente para emprender uevas inversiones que generen valor a la empresa y establecer las alianzas estratégicas con otras sociedades, con el objetivo de convertirse en una empresa referente en el suministro de fibra oscura.

Este negocio es fruto de la concesión que la Comision del Mercado de las Telecomunicaciones hizo a Renfe de la licencia Explotador C1, que faculta a la empresa a construir y explotar comercialmente redes de telecomunicaciones de fibra óptica en régimen de mercado y en libre competencia con otros proveedors.

La compañía española desplegó entre 1998 y 1999 una red de fibra óptica completamente nueva de 7.700 kilómetros de longitud y de alta calidad (64 fibras).

Renfe tiene contratos de alquiler de fibra óptica con BT Telecomunicaciones, Airtel Móvil, Jazztel, Retevisión, Telefónica, Correos y Telégrafos y Lince Telecomunicaciones, entre otras empresas.