Como argumento para el rechazo, la portavoz socialista de Educación, Clementina Díez de Baldeón, hizo pública una respuesta parlamentaria en la que el Gobierno asegura que la regulación vigente de la asignatura de Religión y su alternativa no satisface al Gobierno y, por ello, desea impulsar una reforma que cuente con el mayor consenso posible.

Según la respuesta, su propuesta de conciliación es la siguiente: "Se trata de pasar de un planteamiento en el qe se establezcan las alternativas a la Religión a otro distinto en que la Religión se plantee como alternativa, partiendo de la base de que dentro de las materias fundamentales ha de haber una formación en valores".

"Esa formación en valores", puntualiza el Gobierno, "tanto si se recibe desde una perspectiva confesional como si se recibe desde otra no confesional, por el hecho de formar parte de las enseñanzas mínimas obligatorias tendría tratamiento de materia fundamental y, evidentemente evaluable". La alusión a las perspectivas "confesional y a aconfesional" es lo que no gusta al PSOE. Díez de Baldeón se preguntó cómo pretende el Gobierno compatibilizar ambas ópticas en una misma asignatura cuando haya que hablar de la despenalización del aborto o de la pena de muerte, en los que sectores progresistas opinan una cosa y la Iglesia la contraria.

"Ahora existe un equilibrio, pero la formación en valores no puede tener dos enfoques distintos, porque eso sería contradecir las sentencias del Suprmo (sobre la alternativa a la Religión)", añadió.