Hasta ahora, las investigaciones sobre la dislexia se habían centrado en una parte del cerebro llamada córtex cerebral relacionada con la capacidad para leer y escribir. Sin embargo, el equipo del profesor Rod Nelson indica en su estudio que la actividad del cerebelo, donde las nuevas cosas que se aprenden se haen automáticas, también influye en este desorden.

Mediante escáner, los expertos midieron la actividad cerebral de personas disléxicas comparadas con otras que no padecían el desorden y descubrieron que las primeras tenían sólo un 10% del nivel de actividad habitual del cerebelo.

"Nuestro hallazgo nos lleva a la hipótesis de que un buen número de niños disléxicos presentan un déficit en el cerebelo y esto les afecta negativamente a la hora de aprender cosas nuevas y hacerlas de forma automática",explica el profesor Nelson.