"Cuando ves", señala en una entrevista publicada por la revita "Integral", "que despellejan a tu madre, que le cortan los brazos, que la maltratan, que la ensucian y que la queman, te desgarras interiormente".

Araujo, que define al naturalista español como el ser más dichoso y atormentado al mismo tiempo, cree que España puede ser pionera de una propuesta de reconciliación del hombre europeo con la naturaleza.

"Estamos en una situación inmejorable, porque el país es lo suficientemente rico para permitirnos el lujo de investigar sobre modelos de uso y gestón de la naturaleza sin tener que destrozarla", señala.

El naturalista confiesa que ve "poco claro" que la integración de España en Comunidad Europea vaya a mejorar en algo la vida de los españoles.

"Para empezar", opina al respecto, "todos los países de la Comunidad tienen prácticamente desolado su entorno y España es, en ese sentido, un auténtico invernadero de vida salvaje; por tanto, mantengo mi escepticismo hacia la idea de compartir nuestro suelo".

"FALTA COHERENCIA INTERNA"

Joaquín raujo estima que si la ecología en España no tiene peso en el panorama político es porque falta "coherencia interna" entre las diversas organizaciones, que haga aparecer el movimiento ecologista como una unidad de debate.

"Yo prefiero", dice Araujo, "aunar esfuerzos que buscar parcelas de poder pequeñas para formar islotes en las cámaras legislativas (...) Si logramos pequeñas representaciones individuales nos veríamos obligados a canalizar nuestras protestas a través de ellos, perdiendo así todo el epuje que supone el hacer oir nuestra voz como fuerza social".