Hasta el año 2006, los estudiantes californianos no tenían que presentarse a un examen final para superar el bachillerato. Sin embargo, ante las quejas del sector empresarial por el bajo nivel en matemáticas y lengua inglesa de muchos candidatos en posesión del título de secundaria, ese año se introdujo una prueba obligatoria para obtenerlo.

Los alumnos con necesidades especiales quedaron exentos de presentarse a dicho examen hasta 2008, por ello las organizaciones de personas con discapacidad están negociando ahora para que dicha exención se prolongue, o se ofrezcan medidas alternativas.

Dichas organizaciones consideran que es injusto que alumnos con discapacidad intelectual, autismo y problemas de aprendizaje tengan que superar esas pruebas, ya que en muchos casos los programas de estudios adaptados imparten un nivel de lengua inglesa y matemáticas inferior al de sus compañeros del mismo curso.

Los alumnos de bachiller que no aprueben dicho examen se enfrentarán a dificultades para ingresar en centros de educación superior para estudiantes con necesidades especiales, en centros de formación profesional, o para encontrar un empleo con un salario que supere el mínimo interprofesional.

Actualmente, 26 de los estados de EEUU tienen exámenes finales de bachiller obligatorios, y en muchos las adaptaciones para estudiantes con necesidades especiales han planteado problemas.

Los que han implantado medidas más eficaces para adecuarse a los alumnos con problemas de aprendizaje son Massachusetts y Nueva York.

En el primero de ellos los alumnos de educación especial pueden presentar un compendio de sus trabajos a lo largo del bachillerato, en lugar de hacer el examen final, mientras que en el segundo existe una versión de estas pruebas adaptada, y en el caso de que no la aprueben, pueden conseguir un certificado especial de aprovechamiento de sus planes individuales de estudios.