Se trata de un programa dotado con un presupuesto de 29 millones de euros y promovido por el Ejecutivo británico, en el que colaboran empresas automovilísticas, universidades y compañías de suministro eléctrico, según el diario "The Guardian".

Durante 12 meses, en torno a 340 vehículos eléctricos, que van desde modelos de pequeño tamaño, como el Mini o el Smart, a furgonetas de Peugeot o coches deportivos, se pondrán a disposición de conductores de Oxford, Londres, Glasgow, Birmingham y el noroeste de Inglaterra.

Los participantes en el ensayo serán seleccionados en función de una serie de criterios, entre ellos disponer de plaza de garaje con una instalación eléctrica moderna donde poder recargar su vehículo.

La eléctrica Scottish and Southern Energy prevé desarrollar un dispositivo capaz de recargar dichos coches en tan sólo cuatro horas, mientras que Scottish Power creará una red de 40 puntos para su recarga en Glasgow.

Por su parte, la Universidad de Oxford Brooks se encargará de hacer un seguimiento del uso de estos vehículos en el sureste de Inglaterra, mientras que la Universidad de Strathclyde analizará las grabaciones satélite de los recorridos realizados por los conductores que los utilicen en Glasgow.