La iniciativa, que cuenta con el apoyo del Banco Mundial, el Programa para el Desarrollo de Naciones Unidas, la Comisión Europea y los Gobiernos de Alemania, Holanda, Noruega, Suecia Dinamarca y Finlandia, pretende que las personas de los países más pobres puedan hacer un seguimiento de cómo se utilizan los fondos donados para la ayuda al desarrollo por los países industrializados.

Para ello, las naciones donantes tendrán que facilitar información detallada de las ayudas proporcionadas a cada país, de cada proyecto y sus objetivos y de las donaciones que prevén realizar en el futuro.

Alexander presentará el plan durante una conferencia sobre laeficacia de la ayuda al desarrollo que se está celebrando en Accra (Ghana), en la que ha afirmado que "el impacto de la cooperación en la reducción de la pobreza podría aumentar en gran medida si todo el mundo pudiera saber de dónde procede el dinero, quién lo gestiona y cuáles son los resultados".

Asimismo, Alexander manifestó su preocupación por el hecho de que solo la mitad de los ayudas económicas que reciben los países en vías de desarrollo se reflejan en sus presupuestos, lo que amplía el margen para que estos fondos se desvíen.

Según datos del Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido, un programa para la mejora de la transparencia de las ayudas para la educación en Uganda contribuyó a que el porcentaje de los fondos donados que llegaban hasta las escuelas aumentara del 20% al 80% entre 1995 y 2001.