"La solución a los problemas que plantea son de imperiosa y urgente necesidad, porque además de ser un deber de justicia, son también un compromiso de solidaridad para el futuro de la tierra y las generaciones venideras", explicó.

En su alocución, la Reina dijo que la perspectiva actual de los proesos de desertificación, donde se relacionan muy estrictamente las deslavación y los movimientos migratorios, constituyen un problema mundial, "que afecta de forma notable a España y cobra una dimesión especialmente grave en aquellos países en vías de desarrollo localizados en las regiones áridas de la tierra".

La desertificación, aseguró, no es únicamente un problema medioambiental sino que "sobre todo y, escencialmente, es un problema de desarrollo, cuya solución exige un esfuerzo internacional, soldario y de concenso. Por ello, es necesario activar la cooperación y la ayuda a los pueblos que sufren estos fenómenos".

El simposio, que se prolongará hasta el próximo viernes, reune a más de 50 representantes de otros países, entre los que se encuentran los 16 científicos del panel internacional de expertos en desertificación (IPED), integrado por Bostwana, Canadá, Chile, China, España, Francia, India, Japón, Malí, Nigeria, Noruega, Reino Unido, Senegal, Túnez, Turcmenistan y Estados Unidos.

Po su parte, el presidente del Comité Integubernamental para la negociación de un convenio de lucha contra la desertificación (CIND) de Naciones Unidas, B. Kjellen, dijo que el objetivo más inmediato es crear un marco internacional para llevar una acción concreta con una nueva asociación entre el norte y en el sur.