Fuentes de la Asamblea Local de Cruz Roja de Madrid explicaron a Servimedia que los ocupantes del albergue no causaron ningún incidente y mantuvieron un comportamiento normal.

Precisamente, los destrozos ocasionados en el pabellón del Paseo del Rey por un grupo de refugiados qe se oponían al cierre decretado por Cruz Roja para efectuar las obras de reforma obligó a los responsables de la institución humanitaria a retrasar la reapertura del local, que en un principio estaba prevista para el 8 de julio.

Para evitar que los refugiados -o al menos parte de ellos- no tuvieran que volver a la calle durante el tiempo que duraran las obras, la Delegación del Gobierno en Madrid solicitó ayuda al ayuntamiento, que acordó la cesión del Pabellón de Mayorales, lugar utilizado habitualmnte durante los meses de invierno por los mendigos y transeúntes.