Sevilla expuso a Servimedia su impresión de que las posiciones de patronal y sindicatos ante la reforma laboral "no estaban tan alejadas" y si no ha habido acuerdo ha sido, entre otras cosas, "por las interferencias del Gobierno".

Como ejemplo, recordó las declaraciones del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, el pasado mes de octubre, negando que los complementos a mínimos fueran no contributivos, "con lo cual estaba dinamitando la Mesa deSeguridad Social", o las "presiones" del titular de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, y del propio José María Aznar, para que las conversaciones culminaran antes del final del pasado año.

"Esas interferencias del Gobierno tuvieron ya entonces una repercusuión inmediata, que fue que la CEOE dejó de sentarse a negociar", subrayó.

Sevilla consideró que una reforma unilateral del Ejecutivo sería más favorable a las tesis empresariales que a las sindicales. "Por tanto, cuanto más enseña la patita el Gobirno en el sentido de que estaría dispuesto a intervenir, más se endurece la posición de la CEOE y más dificulta las posibilidades de acuerdo. Eso es lo que creo que ha ocurrido".