La operación, denominada "Etna", comenzó con las investigaciones del robo perpetrado en la ermita de Torre Marte de la localidad de Astudillo (Palencia) en agosto de 1993. A través de estas pesquisas se comprobó que las piezas robadas habían sido vendidas or un comerciante de antigüedades de Valencia a un coleccionista italiano residente en una población próxima a la ciudad de Regio Emilia (Italia).

La Guardia Civil solicitó la ayuda de los agentes del cuerpo de Carabinieri en Italia, que, tras diversas investigaciones e inspecciones en diversos lugares, localizaron las piezas en una casa de campo de la localidad italiana de San Girolamo di Guastalla.

Una vez que el Museo Nacional de Escultura de Valladolid, tras diversos estudios, certificó la auenticidad de las obras, se permitió la repatriación de las mismas.