Para Goyache, el anterior, únicamente de Universidades, “era un ministerio sin presupuesto” y los rectores dejaron de ser “interlocutores válidos en cuanto a ciencia”. Así lo remarcó en una entrevista en Servimedia en la que repasó la repercusión que tienen las políticas en los campus, que también se enfrentan al desarrollo de la nueva ley de universidades, la LOSU.

“Es una mala ley”, explicó, en la medida en que “ciertos partidos políticos han tenido mucho peso en las variaciones que se han acometido” y, además, “no tiene las transitorias adecuadas”. “Aunque es bien intencionada” en cuanto al porcentaje del PIB que se va a dedicar a la universidad, el 1% en los próximo años, Goyache entiende que no se ha pactado “adecuadamente” la aplicación de la Ley Orgánica del Sistema Universitario.

A renglón seguido el rector lamentó que la estabilización del personal docente e investigador “tiene unos costes”. “No sabemos quién los va a pagar”, remarcó. “En el caso de la Universidad Complutense puede suponer cerca de 40 millones de euros y no los tiene. Por tanto, yo creo que es una mala ley. Su origen fue bueno, era necesario adaptar las necesidades de las nuevas universidades al presente y al futuro, pero se ha quedado en un proyecto que es para rectores y rectoras fallido”, aseguró.

SOLUCIÓN

Precisamente, Goyache reconoció que en la renovación y estabilización de la plantilla está “el problema”, pero también “parte de la solución”. Agregó que las universidades “tradicionales” en la Comunidad de Madrid, como definió a la Politécnica, la Autónoma y la Complutense, tienen las plantillas “más caras” porque tienen “más investigación” y su personal lleva más tiempo, por lo que suma “más sexenios” y, por lo tanto, más sueldo.

“Esa jubilación del personal mayor nos va a permitir acometer las figuras de renovación” porque “son más baratas”. “Eso puede ser parte de la solución, pero necesitamos un apoyo real”, reclamó tanto al Estado como a la Comunidad de Madrid, para que demuestren con fondos que "de verdad” el papel de las universidades en la sociedad “es imprescindible”. “Para lograr eso hace falta financiar más y mejor”, concluyó.