La investigación, realizada por un equipo de la Universidad de Helsinki y la Escuela Médica del Colegio Universitario en Londres, muestra que las reorganizaciones de la mano de obra provocan un aumento de presión y la sensación de pérdida de control por parte de los empleados.

Los investigadores llegaron a esta conclusión tras eaminar la relación entre los recortes de personal y la salud de 764 funcionarios municipales finlandeses, entre 1990 y 1995.

Los resultados indican que los empleados que atravesaron una intensa etapa de cambios laborales tenían el doble de probabilidad de pedir una baja por enfermedad que los que habían pasado por un cambio menor. Las reducciones de personal también se asociaban a un menor apoyo emocional de los compañeros y una mayor tendencia a fumar.