Según portavoces vecinales, también acusan a Manuela Almansa Pérez, residente en la misma barriada, de "tener perturbadas sus facultades mentales", y de mantener en unas condiciones de vida infrahumanas a una hija deficiente mental de corta edad.

Entre las iniciativas desarrolladas por el colectivo de vecinos "incómodos" figura la presentación de una carta de protest en el Gobierno civil de Huelva, en la que explican su "temor" a un "posible estallido de violencia", ante la actitud agresiva que, a su juicio, muestra constantemente la gitana.

En su misiva, los vecinos de Pérez Cubillas reclaman mayor vigilancia policial en el barrio, para evitar que las reiteradas amenazas y agresiones de Manuela Almansa "puedan acabar en una tragedia".

Según los relatos de sus vecinos, la mujer gitana mantiene también contínuos enfrentemientos y agresiones en la vía pública on personas de su propia familia, y la acusan de reincidencia en la provocación de conflictos vecinales.

Los mismos portavoces vecinales recuerdan cómo la mujer gitana ya fue expulsada junto con toda su familia de la localidad onubense de Gibraleón, en la que residieron anteriormente, por los contínuos disturbios callejeros que protagonizaron.