Estas empresas registraron a mediados de 1992 unos beneficios de 8.534 millones de pesetas, cifra que se redujo un 65 por cien durante la segunda mitad del año hasta quedarse a 31 de diciembre en 2.955 millones de pesetas.

No obstante, los responsables de ASNEF consideran que el balance final del año es positivo, dada la elevada dependencia que estas firmas tienen del nivel de actividad general y la fase baja del ciclo en el que ha entrado la economía spañola durante el segundo semestre de 1992.

La inversión crediticia de estas entidades ascendió el pasado año a 1,34 billones de pesetas, un 3,8 por cien más que en 1991, de los que unos 107.092 millones están "encasillados" entre los activos dudosos de sus carteras de clientes.

Este aumento de la morosidad es uno de los factores que más ha dañado las expectativas del sector, con un crecimiento respecto al ejercicio precedente del 7,97 por cien, más del doble de lo que creció la inversión creditcia de las financieras y las empresas de "factoring".

Las provisiones para insolvencias forzadas por esta situación ascendieron a finales de año a 70.326 millones de pesetas, lo que representa un índice de cobertura sobre los préstamos dudosos del 65,67 por cien.