La alegría volvió a la sede nacional del Partido Popular después de muchos años, lo que permitió que Mariano Rajoy acabara saliendo a la calle a saludar a los simpatizantes que se agolpaban para celebrar la mayoría absoluta conseguida en Galicia y los 13 escaños del País Vasco, suficientes para conformar un gobierno no nacionalista junto al PSE y UPyD.

El líder de los populares aseguró que este 1 de marzo se ha convertido en "un día muy especial" por los resultados cosechados en ambas comunidades autónomas, los cuales demuestran que el PP es "un partido muy grande".

"Hemos demostrado que sabemos sobreponernos a las dificultades", sentenció Rajoy después de dos semanas de campaña en las que ha tenido que hacer frente a la presunta trama de corrupción organizada por el empresario Francisco Correa.

Visiblemente exaltado por la alegría del triunfo y el entusiasmo de los jóvenes simpatizantes del PP, Rajoy aseguró que esta victoria servirá para "hacer un país mucho mejor".

Además, celebró que el entramado de la banda terrorista ETA no vaya a estar presente en el Parlamento vasco durante la próxima legislatura, lo que ha permitido que "el cambio sea posible" en el País Vasco si se suman los escaños de PSE, PP y UPyD.

Finalmente, Rajoy insistió en que el PP quiere "que haya un cambio" en Euskadi y añadió, en alusión al PSOE, que "otros hagan lo que quieran".

Aunque el tradicional balcón estaba preparado para que Rajoy saludara a los simpatizantes desde la primera planta de la sede popular, el líder popular prefirió bajar a la calle y mezclarse con los simpatizantes. Desde arriba, el presidente de Nuevas Generaciones, Nacho Uriarte, arengaba a los jóvenes en medio de la alegría por el triunfo.