Insistió en que la deisión de Cuiña debe ser respetada al igual que todo el partido entendió y respetó su postura cuando abandonó la secretaría regional en 1990 y la presidencia provincial del PP gallego en 1991.

"Ellos habrán creido que era lo mejor para colaborar al máximo en el proceso de cambio que se inicia en Galicia, y por tanto yo debo respetar su decisión y así lo hago", indicó el ministro.

Rajoy explicó que los congresos son ocasiones en las que se abren procesos de reflexión a partir de los cuales algunas ersonas continúan en el partido aunque abandonen sus responsabilidades.

Sin embargo, "la renovación no debe significar nunca un cambio radical ni absoluto, sino que debe haber una cierta continuidad y serán Fraga y los interesados los que opinarán sobre ello".

Sobre un posible relevo de Manuel Fraga al frente del PP gallego, el titular de Educación dijo que tiene la misma opinión que hace diez años: "mientras haya un presidente todos debemos mantener el respeto a su figura para no entrar en elucuraciones sobre su sustitución, yo llevo haciéndolo diez años y me ha ido bien".