Rajoy evitó a la prensa tanto a su llegada al Hemiciclo, para votar asuntos importantes como el techo de gasto del Estado para 2009, como al finalizar el Pleno y marcharse a su despacho en la sede nacional del PP.

En el primer intento, Rajoy aprovechó la compañía de la portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, para utilizarla como escudo e impedir que los informadores le cerrasen el paso con el fin de preguntarle.

Además, entró en el Hemiciclo por una puerta lateral para tratar de pasar desapercibido, aunque allí le esperaban una cámara de televisión y varios periodistas, que le interrogaron si todavía confía en Bárcenas. El silencio fue la única respuesta.

Terminadas las votaciones, Rajoy esperó a que se formase un tumulto de diputados en los pasillos para salir y aprovechó que todos los fotógrafos estaban centrados en el diputado Jesús Merino, encausado también en la trama "Gürtel", para cruzar el pasillo a paso ligero y subir las escaleras hacia su despacho.

Los periodistas le lanzaron varias preguntas y consiguieron que se parase a diez metros de distancia, ya escaleras arriba, pero al escuchar el nombre de Bárcenas, se dio media vuelta y con un gesto despectivo de la mano derecha, se marchó porque se este asunto no tiene "nada" que decir.