Durante un encuentro informal con periodistas en los pasillos del Congreso, Rajoy descartó que ahora vaya a plantear un pacto de Estado a Zapatero como cuando el "plan Ibarretxe" porque, entonces, el presidente le dijo que sí en privado, pero nunca llegó a formalizarlo en público.

Rajoy hizo una lectura autocrítica de aquella iniciativa y sugirió que esta vez no tolerará que sea Zapatero quien saque réditos políticos de las ofertas que plantea el principal partido de la oposición para defender la unidad de España y la vigencia de la Carta Magna.

Explicó que, durante la tramitación parlamentaria, tratará de modificar el Estatuto catalán para eliminar los numerosos elementos inconstitucionales con los que, en su opinión, se ha aprobado la propuesta en el Parlamento de Cataluña.

El líder de los populares aseveró que las enmiendas que presente su grupo parlamentario serán muy parecidas o prácticamente "las mismas" que las que el PP de Cataluña planteó durante el debate en ponencia, comisión y pleno de la cámara autonómica.

Rajoy manifestó que la reforma catalana es más grave que la que se intentó en el País Vasco a través del "plan Ibarretxe", puesto que ha contado con el impulso determinante del presidente del Gobierno cuando la negociación parecía abocada al fracaso.

El único elogio que destinó hacia la reforma catalana con respecto a la que aprobó el Parlamento del País Vasco el 30 de diciembre de 2004 es que tanto el PSC como CiU, ERC e ICV han planteado la modificación de manera "educada".

Finalmente, aseguró que Rodríguez Zapatero se ha comportado de forma "irresponsable" al facilitar que el Estatuto catalán saliera adelante y, añadió, ha demostrado tener una "empanada" mental para resolver el problema una vez que la reforma ha llegado a las Cortes.