A la luz de los datos de dos encuestas realizadas en 1989 y en 1997, se puede observar un crecimiento de los sentimientos racistas entre la población de Europa.

Los últimos datos del año pasado señalan que una tercera parte de los europeos se declara abiertamente "bastante o muy racista", según informa hoy el diario "La Libre Belgique". Un 40% de los europeos en 1997 opinaban que "había demasiadas personas de minorías étnicas, o de otras nacionalidades o religiones, en sus países de origen", según el Observatorio. Esta misma opinión la compartían un 37% de los europeos encuestados en 1989.

Uno de los fenómenos más notorios es que la aceptación de personas procedentes de Europa del Este ha descendido mucho. También la aceptación a los solicitantes de asilo es mucho menor que hace ocho años. Si en 1989 la lucha contra el racismo le mportaba a un 36% de los europeos, en 1997 sólo le interesaba al 22%.

"Del sondeo de 1997 se desprende un sentimiento de angustia de una población europea insatisfecha por su situación personal, o por razones de inseguridad, o por miedos futuros, de forma que ven al extranjero como una persona indeseable", dice el informe comparativo del Observatorio en Viena.