Según los denunciantes, el propietario de la parcela, ayudado por un grupo de vecinos,se personó en el lugar del asentamiento con una pala mecánica y obligó a los extranjeros a salir de las chabolas.

Posteriormente, los inmigrantes, que apenas tuvieron tiempo de recoger sus enseres, contemplaron cómo sus viviendas eran arrasadas por la pala mecánica y posteriormente incendiadas, hasta que la policía, alarmada por el fuego, se personó en el lugar.

Una vez allí, los agentes obligaron al propietario y sus acompañantes a que dejaran intacta la única chabola que quedaba en pie, orden qe fue desoída por el grupo y en un descuido de la policía rociaron con gasoil la vivienda y le prendieron fuego.

Los veinticinco extranjeros, que se residen legalmente en España, tuvieron que ser alojados en el albergue que la Delegación Diocesana de Inmigrantes tiene en Majadahonda y en casas de amigos.

Según fuentes de la delegación, muchos de estos marroquíes, que viven en España desde hace más de diez años, ocupaban las chabolas porque encuentran muchas dificultades para que les alquilen piso.

La delegación diocesana está estudiando la posibilidad de denunciar los métodos utilizados por el propietario del terreno para desalojar a los ocupantes de las chabolas.