José Cora, que concluye su mandato -el primero del Valedor- en el próximo mes junio, subrayó que la institución tramitó de oficio ocho quejas, entre las que destacó una referida a la sanción colectiva impuesta por un instituto de Santiago a sus alumnos por daños localizados en la sde del centro.

El Valedor do Pobo reconoció que una de las asignaturas pendientes de la institución es hacerse conocida en el medio rural, donde, a juicio de José Cora, hay mayores porcentajes de personas necesitadas, que a menudo desconocen incluso su derecho a una pensión no contributiva.

Cora valoró positivamente el importante incremento del número de quejas. En el 94 hubo 1.301, frente a las 805 del año 93. A su juicio, esto prueba que la institución está asentándose en la sociedad gallega. El 83 por ciento de las quejas van referidas a actuaciones de la administración autonómica, frente a un 14% de ayuntamientos, un 2 por ciento de las universidades gallegas y un 1 por ciento de las diputaciones provinciales.

De la Administración pública gallega, la consejería que genera más quejas, un 44 por ciento del total, es la de Sanidad y Servicios Sociales, principalmente por cuestiones derivadas de las listas de espera.