Pujol, que asistió en Madrid a la entrega de los premios Blanquerna, hizo un llamamiento para que "no sedañe" al PNV y EA, porque ambos tienen destinada una labor de intermediación esencial en la pacificación de Euskadi.

Al igual que en Irlanda donde los partidos católicos moderados fueron esenciales para la consecución de la paz, en el País Vasco "los nacionalistas democráticos serán muy importantes" por lo que "hay que preservarlos".

El líder de CiU puntualizó que esta postura no signfica una reprobación de la actitud del Gobierno de José María Aznar. Desde CiU se comprende que el Ejecutivo haya provechado la tregua para prepararse por si se producía una vuelta a la violencia.

De igual modo, Pujol considera que ahora todos los partidos democráticos, y en especial del Gobierno, deben prepararse para la eventualidad de que surja de nuevo la oportunidad de alcanzar la paz, aunque advirtió de que "si los interlocutores de ese proceso quedan quemados no hay negociación posible".

A su juicio, hay que evitar "arrinconar" al PNV e imponerle el pago de "una factura insalvable" que puede signficarsu anulación como mediador en un futuro y pidió "que no se dañen los elementos que puedan ser necesarios para la consecución de la paz".

Jordi Pujol reiteró, además, la voluntad de CiU de acudir el próximo viernes a la reunión de la Declaración de Barcelona que se reune en el País Vasco.

Según dijo, ese foro de debate es la "antítesis" de la violencia y pretende la reforma de la estructura del Estado y el reconocimiento de la plurinacionalidad de España mediente su "aportación positiva al diálogo.

"Hemos dado durante 20 años muestra de nuestra voluntad constructiva y la Declaración de Barcelona no es un medio de introducir radicalización, sino una vía de diálogo y métodos democráticos", concluyó.