Pujol asegura que una reforma o reinterpretación de la Carta Magna por este motivo "no es descartable", y agrega que, respecto de las aspiraciones catalanas, "si hubiera auténtica voluntad política no sería necesario reformar la Constitución".

El presidente catalán se refiere a la Declaración de Barcelona como "una reivindicación del caráter plurinacional de España, que no tendría que alarmar a nadie, ya que no presupone ni secesionismo, ni violencia, ni renuncia a jugar un papel positivo, como hemos tenido en la transformación de España".

Por el contrario, el documento suscrito por CiU, PNV y BNG "presupone", a su juicio, "reconocer que dentro del Estado español, Cataluña es una nación bien diferenciada de las demás".

Lejos de convertir una posible reforma constitucional como objetivo prioritario, Pujol señala que para Cataluña la financiación sí marcará decisivamente la próxima legislatura. Será una batalla en la que todo el mundo estará involucrado".

ESTABILIDAD

Por otra parte, Pujol opina sobre el estado de relaciones con el Gobierno del PP y asegura que si CiU no hubiera garantizado la estabilidad y la gobernabilidad española "se habría puesto en peligro la magnífica recuperación económica que ha habid, la entrada por la puerta grande en la Unión Monetaria y la continuación del proceso de transformación de toda España"

El president sale al paso de las críticas recibidas por los sectores contrarios a este respaldo al Gobierno y dice: "Ahora hay gente que nos critica, pero nos criticaría mucho más si hubiéramos destrozado las positivas perspectivas que había".

Preguntado por la gestión del PP al frente del Ejecutivo, Pujol dice que "en líneas generales el gobierno del PP lo ha hecho bien". Al mismo tiempo aclara que "nosotros no nos morimos de ganas de colaborar con el PP y antes con el PSOE e, incluso mucho ants, con UCD. Nuestro pacto no es con ninguno de ellos sino con el país, con el interés general de España".