PUJOL APUESTA POR UNA LEY DE EXTRANJERIA QUE NO RECORTE DERECHOS, PERO QUE LIMITE LA ENTRADA DE INMIGRANTES

MADRID
SERVIMEDIA

El presidente de la Generalitat, Jrdi Pujol, apostó hoy por una reforma dela Ley de Extranjería que no recorte los derechos sociales de los inmigrantes, pero que ponga orden y limite la entrada de extranjeros en España.

Unos días antes de que el Consejo de Ministros apruebe la citada reforma, Pujol ha puesto de manifiesto su posición en una conferencia pronunciada hoy en Madrida instancias de la Fundación Encuentro.

A su juicio, "debemos hacer una ley de integración, y no una ley de inmigración, que suele ser más policial más restrictiva con el reconocimiento de derechos como la sanidad, la educación, la situación de la mujeres o los derechos de los hijos de los inmigrantes nacidos en el país. Esta reforma no puede hacer que una ley deje de ser de integración para ser una ley de inmigración".

Pujol recomendó a todos los partidos y al Gobierno que aborden la elaboración de la nueva norma sin complejos y que prime por igual el concepto de justicia y la ausencia de complejo de culpabilidad que, en ocasiones, pueden tenr los regidores de los países receptores de inmigrantes.

Abogó porque la nueva ley contemple todo un catálogo de derechos y deberes entre los que esté el reconocimiento institucional y asociativo de los inmigrantes, así como sus aspiraciones a la reagrupación familiar y a derechos como la sanidad y la vivienda.

En definitiva, Pujol reclamó que en los próximos meses España acabe por diseñar una "doctrina" propia en cuanto a la inmigración que impida "la llegada indiscriminada" de extranjeros, omo hacen todos los países desarrollados.

Desde esta posición, el presidente de la Generalitat expresó su completa disposición a trabajar para conseguir un consenso y reconoció que la Ley de Extranjería aprobada en diciembre "in extermis", en el último pleno de la legislatura, tuvo el "fallo de origen" de no ser un proyecto de ley presentado por el Gobierno y de haberse aprobado bajo una presión mediática y electoral, cuando su aprobación debió aplazarse hasta esta legislatura.

Aseguró que "ea ley no es exactamente lo que tenía que haber sido", y reconoció que a los políticos "nos faltó coraje" para decir que una norma de esa envergadura requería más tiempo de debate. Por ello, invitó a todos los partidos a discutir con "honradez y mucha claridad" todos los extremos que sean susceptibles de reforma.

En este sentido, Pujol advirtió ante un nutrido grupo de espectadores de que los políticos no deben dejarse llevar por las opiniones conservadoras mayoritarias en la sociedad, sino atender ms al "interés futuro del país".

Recordó que las encuestas revelan que el 62 por ciento de los españoles prefieren que se dé trabajo a los nacionales sobre los extranjeros en época de escasez y que el 56 por ciento quieren que sólo se deje entrar a los inmigrantes que tienen contrato de trabajo.

Igualmente, deploró la opinión de aquéllos que argumentan que es bueno dejar entrar a los inmigrantes porque ellos acabarán pagando las pensiones de los españoles y mucha más la posición de quien no quere que Marruecos venda fruta en Europa, y se oponen a las inversiones allí, a la inmigración y a que el reino alauita ponga condiciones a la pesca en sus caladeros.

Para el líder catalán, ningún ser humano puede negar que es racista porque está en la naturaleza de todas las epecies la defensa de su territorio, pero ni ese sentimiento de propiedad ni el "falso humanitarismo" debe condicionar la elaboración de la ley.

Finalmente, Pujol reclamó una mayor participación de las comunidades autónoms en el diseño y aplicación de la política de inmigración en función de su situación específica.

(SERVIMEDIA)
04 Jul 2000
SGR