Así lo indicó Puigdemont en un mensaje institucional difundido por Junts, donde recordó que hoy se cumplen siete años del día en el que el pueblo de Cataluña y sus instituciones “protagonizaron una victoria histórica en términos democráticos, de movilización y de mensaje al mundo”.

“Un mensaje de paz, pero de determinación y de querer ser un país independiente que pueda hacer posible los anhelos de todo el mundo, sin exclusiones en un entorno amistoso, sin tener ningún Estado ni sistema económico que actúen en contra de nuestros intereses”, destacó Puigdemont.

Lamentó que el referéndum de autodeterminación se tuvo que organizar con “la hostilidad” de “los poderes del Estado”, que “desplegaron todo tipo de medios y amenazas para impedir la organización y la celebración” y se tuve que celebrar “en un clima de represión, violencia y odio policial que no olvidaremos nunca” y, por el cual, “ningún poder del Estado ha pedido perdón”.

Pese a ello, Puigdemont ensalzó que fue “un ejercicio inédito, excepcional, de colaboración y de unidad entre las instituciones y la sociedad civil, que se implicó de manera masiva en una gran demostración de fuerza y de voluntad democrática”. “El 1-O forma parte del pasado y del futuro”, aseguró.

“LIBERTAD”

“Es un referente inexcusable para hablar de nuestra historia y de nuestra voluntad de ser nación y, a la vez, es una referencia también inevitable para construir democráticamente el futuro en libertad que toda sociedad merece y que Cataluña se ha ganado por méritos propios”, afirmó el expresidente catalán.

Asimismo, apuntó que “seamos muchos o pocos, estemos más divididos o menos, estamos más unidos, tengamos más fuerza parlamentaria o menos” el referéndum del 1 de octubre de 2017 “es un hecho tan contundente que intentar hacer política prescindiendo de él es faltar al principio de realidad”.

Según Puigdemont, el 1-O fue “un acto de dignidad, inspirador, que tenía y tiene el objetivo de impulsar el país entero en la conquista de su libertad, que quiere decir su independencia política”. “A todos nosotros el 1 de octubre no nos encarcelan, sino que nos liberan”, defendió, agregando que el proyecto de la independencia “está vivo y es necesario”.

“Ningún proyecto que proponga mantener la unión forzada con el Estado garantiza una Cataluña que sea fruto de la decisión de todos los catalanes, sino solo de una parte. La unión con el Estado o la separación es una decisión que atañe a todo el pueblo de Cataluña y por eso el independentismo es inclusivo”, expresó.

“MÁS DE TODOS NOSOTROS”

En el mensaje, Puigdemont puso en valor que la sociedad catalana “ha aguantado con resiliencia”, pero dejó claro que “espera más de todos nosotros”. “Nadie puede discutir que una de las primeras cosas que espera y que nos exige desde hace muchos años es ir más unidos y compartir estrategias”, dijo.

“Nosotros no tiramos la toalla, no lo haremos nunca y menos ahora en que la falta de unidad ha tenido unas consecuencias políticas nefastas para la nación”, declaró el expresidente catalán, subrayando que el 1 de octubre de 2017 “abría un camino a recorrer, no era ningún final, sino el principio de un periodo inevitablemente incierto, difícil, arriesgado, pero, a la vez, imprescindible para nuestra supervivencia como nación y como sociedad”.